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Falta poco para que la manzana lindera a la vía y la calle Roosevelt, entre Triunvirato y Bucarelli en el barrio de Villa Urquiza, sea rematada y se cambie la fachada tapiada por un complejo de edificios.

Subiendo por las escaleras mecánicas de la estación Juan Manuel de Rosas de la Línea B, especialmente del lado de la calle de Roosevelt, hace un tiempo atrás nos encontrábamos con un el PetShop Selva, un local iluminado con todo para nuestras mascotas, mientras que a su lado la pañalera Arroyos adornaba sus vidrieras con juguetes para los más chicos y artículos para los recién nacidos como carriolas, biberones y, como no sería de otro modo, pañales; caminando hasta la esquina podíamos saborear unos ricos helados en Cremolatti para combatir el calor que año tras años se vuelve más duro o tan solo disfrutar un momento con los chicos tras irlos a buscar al colegio; doblando a la derecha la carnicería Los Hermanos se abarrotaba de gente que buscaba lo necesario para hacer el típico asado del domingo que nos caracteriza tan bien a nosotros los argentinos; unos metros más y nos encontramos con la ex pizzería “La Ideal” donde la Asamblea de Villa Urquiza se juntaba e invitaba a los vecinos a participar de distintas actividades que iban desde clases musicales hasta todo tipo de manualidades; llegando a la barrera el puesto de diario que desde antaño nos viene trayendo las noticias se mantiene erguido junto a la verdulería, que noche y día, mantenía sus persianas abiertas para que los vecinos puedan comprar las verduras más frescas.

Ahora, todo ese paisaje fue cambiado por locales cerrados y tapiados, chapas de dos metros de alto que impiden ver las vidrieras y dejan un paisaje desolador para una de las esquinas más importantes de Villa Urquiza, repitiéndose incluso esa imagen de abandono en lo alto donde antes las propagandas, de Burger King o de quien pudiera pagar la publicidad, estaban a la orden del día.
El primero en ser tapiado fue la pañalera seguido por el petshop, ambos locales aún mantienen sus carteles en el alto pero afectados por el paso del tiempo, por no decir los años. La Asamblea de Villa Urquiza no corrió con tanta suerte y su destino fue sentenciado con el primer operativo de desalojo que logró ser frenado por el Defensor del Pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor, pero que en diciembre del año pasado, tras un nuevo operativo policial, la ex pizzería cerró sus puertas y ventanas para siempre.
La carnicería Los Hermanos se retiró del predio en silencio, pero se mantuvo fiel al barrio y el 24 de abril abrió de nuevo sus persianas pero en Monroe 5080 frente al Coto.
La heladería y la verdulería no corrieron con tanta suerte, el 2 de mayo un operativo policial acompañado por una camioneta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se presentaron para trasladar las pertenencias a un “X” lugar y tapiar lo último que quedaba abierto en la esquina frente la Plaza Jorge Casal, sitio que actualmente usa la Asamblea de Villa Urquiza para juntarse hasta que el Gobierno porteño les dé el sitio prometido para seguir con sus actividades.

Esta es solo una cara de la manzana ubicada en la Avenida Roosevelt, entre la Av. Triunvirato y la calle Bucarelli, y lindera a la estación de trenes Villa Urquiza ramal Suárez. Con un total de 2.774 metros cuadrados, la mayor parte de este predio es ocupado por 6 canchas de fútbol 5 que día a día recibe a los alumnos de varias escuelas del barrio o realiza torneo de fútbol tanto para hombres como mujeres. Desde su llegada, las canchas solo se mantienen vacías los días de lluvia y feriados, pero los vitoreo de gol se hacen eco el resto del año. Su contrato les da espacio para quedarse durante un año más, pero viendo cómo se vienen efectuando los operativos, puede que sus días estén contados.

Por su parte, la esquina del lado de Bucarelli no tiene locales ni canchas, solo casas donde familias enteras vivieron durante 3 décadas. Todos esos años no sirvieron de nada cuando el lunes 13 de abril, abogados del Gobierno porteño junto con la Policía de la Ciudad hicieron acto de presencia y se tomaron el trabajo de desalojar las viviendas y ocultar los inmuebles que hasta ahora mantenían un estilo colonial en su estructura.

El próximo 11 de junio se definirá el destino de esta histórica manzana que será rematada por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) a un precio base de 17 millones de dólares. Quien adquiera el predio, según la ley aprobada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos en noviembre del 2017, dispondrá de un 35%, hasta casi 30 metros cuadrados edificables, para que haga el emprendimiento inmobiliario que desee (estando todos los vecinos y comerciantes un 99,9% seguros de que se harán torres con una planta baja exclusiva para locales, como sucedió en la intersección entre las Avenidas Triunvirato y Olazabal), mientras que el 65% restante deberá ser destinado para espacio público.

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