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El próximo 10 de noviembre, durante la Noche de los Museos abrirá por primera vez después de 21 años un sector de la ex Confitería El Molino, se podrá recorrer pasar manera libre y gratuita.

Ya pasaron 21 años desde que la Confitería El Molino fue clausurada y abandonada, el tiempo pasó y, a pesar de las distintas leyes promulgadas por varios gobiernos para recuperarla, no fue hasta julio de este año que, mediante la ley de expropiación dictaminada en el 2014, la Cámara de Diputados, junto con el Gobierno de la Ciudad y el Gobierno Nacional, se hicieron cargo del proyecto que ya dio sus frutos.
Gracias a un equipo, integrado por 22 expertos, que repara el edificio de casi 7000m², finalmente la Confitería El Molino abrirá sus puertas para que los vecinos puedan vislumbrar el estado de las refacciones y volver en el tiempo para recorrer esta obra centenaria creada por el arquitecto Francesco Terenzio Gianotti.
La apertura al público será durante la Noche de los Museos, el próximo 10 de noviembre. Los visitantes podrán acceder de forma totalmente libre y gratuita con la posibilidad de recorrer el salón de baile, ubicado en el primer piso, y el local de la Confitería, en la planta baja, inaugurada hace más de un siglo por inmigrantes italianos.
En la confitería estarán los mostradores usados para exhibirse los postres que brindaban, además se podrán apreciar las reconstrucciones de materiales, mármoles y bronce, y la realización de falsos acabados.
Por su parte, el salón de baile mantendrá su vinculación con la confitería y se procederá a construir un museo cultural y un museo del sitio en alguno de los departamentos.
Entre algunas de las puestas en valor que se llevaron a cabo podemos mencionar la recuperación de las aspas del molino, 85m² de vitrales, la cúpula, las puertas y los pisos; mientras que en el exterior aún se continúan con los trabajos de la vereda, pero se quitó la lona que cubría la fachada para, mediante el uso de un dron, tomar imágenes con el objeto de analizarla y buscar posibles desperfectos.
El proyecto busca que el establecimiento vuelva a su magnificencia y para ello la aguja de la cúpula fue extraída para su refacción y las aspas volverían a girar como lo hacían hace muchos años atrás. Los ascensores originales de ambas entradas también tendrán su respectivo mantenimiento.
La Confitería El Molino fue inaugurada en el año 1916, pero lamentablemente permanece cerrada desde 1997. Para poder comenzar las obras se tuvo que proceder con el desalojo de los inquilinos que vivieron allí. Es un edificio de 3 cuerpos, de 5 plantas y 3 subsuelos cada uno, con un total de 12 departamentos.
Para poder seguir con las obras, se estima que a inicios del año que viene se haga un llamado a licitación con el objeto de realizar las refacciones de mayor envergadura. Se espera también que un futuro se haga otro llamado a licitación pero para que gastronómicos privados ofrezcan un menú similar al que creó su primer dueño, Cayetano Brenna.
Tras la compra del inmueble por unos $180 millones, encontraron en su interior dos pianos, bandejas de cartón con el logo de la confitería, moldes y recetarios originales de 1908. Como también lamentaron la pérdida de bronce por parte de vándalos que trataron incluso de robarse la marquesina.
Mónica Capano, asesora de la Comisión Bicameral Especial Administradora del Edificio del Molino, expresó que: “Pedimos que quienes tengan historias vinculadas a Del Molino o posean elementos del bar se acerquen a la cámara para reconstruir su historia”.
No falta mucho para que las aspas comiencen a girar nuevamente y los vecinos podamos saborear nuevamente los postres de una confitería icónica de nuestra Ciudad.

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