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Por motivo del invierno y como todos los años, el Gobierno porteño realiza una campaña de vacunación gripal. Además dejamos varios consejos para prevenirla.

Llegó el frio y con él la tan temida “GRIPE”, por tal motivo y como todos los años desde el mes de abril el Gobierno de la Ciudad ha puesto en marcha la campaña de vacunación antigripal 2014. Los lugares y horarios de vacunación pueden ser consultados en:
http://www.buenosaires.gob.ar/noticias/comenzo-la-campana-de-vacunacion-antigripal-2014.
La vacunación antigripal es beneficiosa para:

• Embarazadas y madres hasta 6 meses después del parto.

• Adultos de 65 años y niños de 6 meses a 2 años.

• Personas entre los 2 y los 64 años con algún factor de riesgo.

Estos últimos sólo deberán presentar orden médica para recibir la vacuna los pacientes de entre 2 y 64 años que presenten factores de riesgo. La orden médica debe indicar nombre y apellido, y el diagnóstico por el cual debe aplicarse la vacuna; el resto de las personas sólo deberán indicar su edad y su estado.
La gripe estacional es una infección viral aguda causa por un virus gripal. Se contagia con por vía aérea, mediante gotitas que son originadas al hablar, toser o estornudar. Si el virus entra en la nariz, garganta o pulmones de un individuo sano y comienza a multiplicarse, aparecen los síntomas de la gripe.
También puede transmitirse, con mucha menos frecuencia, por contacto directo, por ejemplo cuando una persona toca una superficie que contiene virus de la gripe -por ejemplo la mano de un enfermo- y posteriormente se toca su nariz ó su boca.
Las personas enfermas son capaces de transmitir la enfermedad desde un día antes del comienzo de los síntomas hasta unos 3 a 7 días después del inicio de la enfermedad. Los niños pueden transmitir la gripe incluso durante más de 7 días tras el comienzo de los síntomas.

Los síntomas son:
• Inicio súbito de fiebre alta.
• Tos seca, dolores musculares y articulares.
• Dolor de cabeza y de garganta con intenso malestar y abundante secreción nasal.

Para prevenir la gripe hay que:

• Extremar la higiene: lavarse las manos frecuentemente, especialmente tras tocar algún objeto o superficie, y en cuanto lleguemos a casa tras viajar en transporte público. Al lavarse las manos, hacerlo despacio y a conciencia, sin que quede ninguna zona sin limpiar. Llevar encima una solución limpiadora desinfectante para usarla cuando no se disponga de agua y jabón. Desterrar el hábito de tocarse la boca, la nariz o los ojos.

• Mantener la casa limpia y desinfectada, especialmente los lugares donde se cocina o come, sobre todo si ya hay un enfermo en la familia. Limpiar también más a menudo los pomos de las puertas, el baño, las superficies de los muebles, el teléfono, etc. porque el contagio también se produce por contacto directo con una superficie contaminada. Ventilar el hogar: todas las mañanas es conveniente abrir las ventanas y ventilar la casa durante diez minutos aproximadamente. Así se renueva el aire y si algún miembro de la familia está afectado es más fácil evitar el contagio.

• Evitar, siempre que sea posible, el contacto con una persona infectada: esto, lógicamente, solo es posible cuando ya se conoce el estado del infectado. Sin embargo, en épocas en las que tradicionalmente se desarrolla la gripe, y sobre todo cuando una epidemia está en marcha, es mejor no acudir a lugares cerrados donde se concentren muchas personas, como centros comerciales, cines o restaurantes.

• Taparse la boca al estornudar o toser, preferiblemente con un pañuelo de papel desechable, para evitar que las gotas respiratorias expulsadas contaminen a otras personas. Después de sonarse los mocos, hay que tirar el pañuelo utilizado a la basura y lavarse las manos inmediatamente. No hay que compartir objetos ni ropa con personas enfermas que, si es posible, deberían dormir en una habitación aparte para no contagiar al resto de la familia.

• Vacunarse: las personas que pertenecen a los denominados grupos de riesgo (mayores de 65 años, niños menores de 5 años, personas inmunodeprimidas a causa de una enfermedad o tratamiento, y aquellos que padecen afecciones cardiacas o respiratorias) deben vacunarse. También es conveniente que se vacunen las personas cuya profesión les hace estar en contacto con mucha gente, como los profesionales sanitarios, los maestros, los cuidadores de niños o ancianos, etc.

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