El tiempo por Tutiempo.net

No importa lo que quieras o vayas a hacer, la Pandemia pareciera un obstáculo para cualquier cosa que uno quiera realizar.

A pesar de que hoy en día los cuidados son más estrictos y las medidas de sanitización están a la par, la Pandemia sigue siendo un hecho pero se la utiliza como excusa para evitar cualquier otra situación que de lo contrario se debería hacer, ya sea por compromiso o porque es trabajo.

Desde lo más banal (en algún punto) como juntarse con amigos o familiares, hasta para ir a hacer algún trabajo o dejar de hacer cosas que antes se hacían, la Pandemia es perfecta para evitar dichas situaciones, basta con solo decir: “No puedo por el tema de la Pandemia” y listo, no hay vuelta de tuerca que valga.

¿Pero que tan cierto es esto? ¿Es realmente así que uno no sale por la Pandemia? ¿Ya no se hacen trabajos de ningún tipo?

Un ejemplo de lo que menciono es algo que me ocurrió a continuación:
Durante el mes de diciembre el teléfono comenzó a hacerme ruido, como lluvia, cada vez que llamaba o atendía había días en los que la interferencia se me hacía imposible entender lo que me decían, y ni hablar de los bancos o empresas de call center que se comunicaban para ofrecer o reclamar algo, si antes no se les escuchaba, ahora que trabajan algunos desde la casa entenderlos fue una tarea casi apoteósica.

Obviamente, me comuniqué con mi compañía telefónica para recalcar este inconveniente en la señal, pero no tuve buenos resultados ya que los técnicos no podían ingresar a mi domicilio para cambiar el cableado o, mínimo, ver que ocurría con mi línea.

A la semana, cansados de la mala comunicación que brindaban los teléfonos, llamamos nuevamente para reclamar sobre el servicio y una posible solución, pero de nuevo lo mismo… la “Pandemia” no dejaba que los técnicos trabajaran. Cortamos y se nos ocurrió la brillante idea de contactarnos otra vez, pero para pedir una nueva instalación y ¡Oh Sorpresa! ¡¡Los técnicos para instalar el servicio si trabajan!!

Como se imaginará el lector, llamamos otra vez al servicio técnico y la mala palabra más chica la debe haber escuchado hasta el presidente de la compañía porque nos terminaron poniendo en una lista de espera para arreglar el problema.

Y así con todo… hablamos con conocidos, amigos, colegas y a todo el mundo le ocurre exactamente lo mismo… la excusa de la Pandemia se usa incluso para decir que no se puede cambiar un paquete de salchichas en mal estado, cuando los camiones de la empresa van y vienen por toda la ciudad.
No arreglan el servicio de internet por seguridad de los técnicos, pero si instalas el servicio el Covid-19 no es un impedimento y el técnico es inmune a todo.

Me he cansado de llamar a Atención al Cliente de mis tarjetas de crédito por problemas de resúmenes de las mismas, si antes de la Pandemia era difícil hablar, imagínese ahora… Ahhh, pero para reclamarte que no estás pagando no pasa nada…

Creo que esta frustración constante no la padezco yo solo. Llega un punto en el que no sabés qué podes y qué no podes hacer. Se te rompe un caño y antes de llamar al plomero ya empieza a taladrarte la cabeza el pájaro carpintero de la Pandemia: ¿Trabajará el plomero? ¿Y si viene y me contagia? ¿Y si yo soy asintomático y lo contagio? ¿Y si..? ¿Y si..?


Esto, como mencioné antes, no es solo en el ámbito laboral, también es algo que nos influye a nosotros que usamos esta excusa para evitar hacer cosas que no tenemos ganas de hacer, o incluso llegamos a sentirnos perseguidos constantemente por este “enemigo invisible” y la culpa nos abate cuando hacemos algo que va en contra de las “nuevas normas sociales”.

Creo que es momento ya de reflexionar un poco sobre este tema, es por eso que este servidor lo sacó a colación en esta nota, para hacer su propio descargo y parte para que le sirva a muchas personas para darse cuenta que no están solas en este sentimiento de impotencia que nos viene abrazando desde mediados del año pasado, en donde las proyecciones a largo plazo sobre como vamos a estar de acá a 3 meses por ejemplo son totalmente nulas, pero que también está en nosotros el ser honestos con lo que queremos dejar de hacer y no usar a la “Pandemia” como la excusa única.

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